La Antártida no es uno de los sitios más visitados por los turistas.
Está lejos, hace mucho frío y realmente no hay muchas atracciones en forma ni de museos, ni de clubes nocturnos ni se puede decir que goce de unas noches especialmente animadas.
La mayoría de la población se compone de investigadores y científicos y para el personal civil probablemente el mayor atractivo para acercarse por tan remoto y desolado lugar sea la magnificencia de sus paisajes, lo grandioso de sus formaciones heladas y la posibilidad de ver de cerca pinguinos a cascoporro.
Pero para los amantes de la arquitectura puede ser un destino a tener en consideración, al menos si nos atenemos a lo singular de algunas de las construcciones que se pueden encontrar en la zona. Auténticos derroches de imaginación que constituyen una curiosa nota de color. ¿Deseas saber más?
Casi puede uno tener la impresión de estar en medio de una invasión extraterrestre o de un ataque de AT-ATs imperiales si en medio de la nieve se encuenta frente a una de estas edificaciones tan peculiares.
Se podría denominar antarquitectura a la disciplina encargada de diseñar bases que soporten los rigores climatológicos del Polo Sur. En la práctica visitar estas edificaciones es lo más cerca que podemos estar de lo que algún día podrían ser bases situadas en el espacio o en otros planetas, debido a las propiedades que permiten a estos edificios mantener a sus ocupantes con cierto nivel de inmunidad frente a los rigores exteriores.
Temperaturas decenas de grados bajo cero, vientos eternos y superficies heladas inestables representan complejos retos a los arquitectos que no solo son capaces de superarlos sino que además dotan a sus proyectos de una apariencia casi extraterrestre, incluso transmitiendo la idea de que la invasión ha comenzado.
Podéis ver fotografías y videos con más ejemplos de esta “antarquitectura” en Oobjects, entre ellos el estudio para la base antártica española.
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