Nadie se plantearía el cambio de un entorno iOS a un entorno Android si no es por algo o a costa de algo. Voy a intentar explicaros mi cambio de iOS a Android y el causante de el.
Más o menos por Agosto del 2016 mi situación era la siguiente, poseía un iPhone 6 plus, un Pebble y una Fitbit Charge HR. Cada uno de estos equipos realizaba su función de una manera correcta.
Es decir, el iPhone de pantalla grande muchas veces me servía como mini-ipad mini, esta era mi opción para intentar sustituir mi iPad de 9,7 pulgadas.
El Pebble me servía para recibir las notificaciones de llamadas y mensajes (aunque en el entorno IOS no permite mucha interactividad, por no decir ninguna). Este reloj destaca por la duración de su batería y en un sistema Android la interactividad aumenta por 1000.
¿Qué era aquello qué me hacía sentir qué algo tenía que cambiar? Muy sencillo. Tenía el Phone 6 plus en el bolsillo, el Pebble en mi muñeca izquierda y la Fitbit en mi muñeca derecha. Era demasiada carga todo el día y encima tres equipos que recargar su batería, 3 cables distintos para estos equipos y la sincroniza cien inexistente entre el entorno Pebble y Fitbit con iOS. Esto tenía que cambiar.
Evidentemente el teléfono no lo iba a cambiar, además el tamaño de su pantalla y la duración de su batería me encantaba. Tenía que cambiar del wearables, tenía que llevar uno solo. Además la interactividad que tenía con el Pebble era muy limitada y a esto se añade que su pantalla es cuadrada y en blanco y negro.
Algo tenía que hacer.
Más o menos por Agosto del 2016 mi situación era la siguiente, poseía un iPhone 6 plus, un Pebble y una Fitbit Charge HR. Cada uno de estos equipos realizaba su función de una manera correcta.
Es decir, el iPhone de pantalla grande muchas veces me servía como mini-ipad mini, esta era mi opción para intentar sustituir mi iPad de 9,7 pulgadas.
El Pebble me servía para recibir las notificaciones de llamadas y mensajes (aunque en el entorno IOS no permite mucha interactividad, por no decir ninguna). Este reloj destaca por la duración de su batería y en un sistema Android la interactividad aumenta por 1000.
y mi Fitbit Charge HR me permitía hacer un seguimiento de mi actividad física así como hacer un seguimiento de la forma de dormir y el aprovechamiento del sueño.
Como podéis imaginaros toda esta situación me hacía sentir cómodo con el sistema, pero no estaba todo lo feliz que quería.
¿Qué era aquello qué me hacía sentir qué algo tenía que cambiar? Muy sencillo. Tenía el Phone 6 plus en el bolsillo, el Pebble en mi muñeca izquierda y la Fitbit en mi muñeca derecha. Era demasiada carga todo el día y encima tres equipos que recargar su batería, 3 cables distintos para estos equipos y la sincroniza cien inexistente entre el entorno Pebble y Fitbit con iOS. Esto tenía que cambiar.
Evidentemente el teléfono no lo iba a cambiar, además el tamaño de su pantalla y la duración de su batería me encantaba. Tenía que cambiar del wearables, tenía que llevar uno solo. Además la interactividad que tenía con el Pebble era muy limitada y a esto se añade que su pantalla es cuadrada y en blanco y negro.
Algo tenía que hacer.