Creo que la mayoría de vosotros ha deseado en más de una ocasión que la transferencia de archivos entre ordenadores conectados en una misma red sea una tarea de lo más fácil y rápida; y pues eso se puede lograr utilizando una aplicación llamada DropCopy.
DropCopy hace uso de la tecnología ofrecida por Bonjour para que el compartir archivos sea algo fácil y rápido, así que a partir de ahora compartir carpetas entre varios Macs será algo sumamente simple (vía LAN, o red doméstica). Para poder transferir ficheros solamente habrá que arrastrar éstos hasta el Finder, concretamente a la zona de destinos que aparece en forma circular (se enviará el archivo a una carpeta anteriormente definida por el usuario). Aquí el dato importante es que la zona de destinos se oculta convenientemente cuando uno no está arrastrando cosas sobre ella.
Además de la copia de archivos, DropCopy también permite recuperar el contenido del portapapeles de los otros equipos que están ejecutando este programa y soporta mensajes cortos de texto.
DropCopy es una aplicación gratuita siempre y cuando se use solo en hasta 3 ordenadores, si se necesita más habrá que optar por una versión superior que tiene un precio sugerido de $ 25 dólares (18,5 €). De hecho, también existe una versión móvil con la cual se puede tener el mismo servicio de transferencia pero en el iPhone.
Descarga | DropCopy 1.6.6
Vía | MacUpdate
Una reciente solicitud de patente denominada "Carcasa de dispositivo reforzada" señala que Apple podría utilizar polímero reforzado con fibra de carbono en la carcasa de sus productos.
La patente describe la implementación de capas de fibra de carbono junto con otro material como parte de una estructura de mayor durabilidad y rigidez, además se presenta como ejemplo varias imágenes que se distinguen por la similitud con el diseño del iPad.
Por ese motivo se presume que la segunda generación de la tableta incluiría un nuevo tipo de carcasa, sin embargo en los foros se menciona que la patente abre muchas posibilidades de fabricación, pues no debemos olvidarnos que la manzana ahora cuenta con LiquidMetal.
En fin, es probable que dentro de algunos años la compañía con sede en Cupertino nos sorprenda con un nuevo tipo de armazón, y parece que sus dispositivos móviles serán los encargados de estrenarlo.
Vía | Apple Insider
La industria auxiliar de accesorios para iPhone parece ser infinita.
Y algunos hasta encuentran soluciones ingeniosas y elegantes, como este teclado deslizable que se ubica bajo el móvil, al que se conecta por Bluetooth, teniendo este aspecto tan molón que veis en la foto.
Básicamente Keyboard Buddy es una carcasa donde alojas el iPhone y ¡oh, sorpresa! aparece un teclado qwerty se desliza aportando lo que muchos se empeñan en decir que el móvil no necesita pero se ve que por lo visto hay quien no opina lo mismo a la luz de la cantidad de estos dispositivos que siguen saliendo… e imaginamos que alguno se venderá.
Añade algo de grosor al móvil y se recarga por puerto USB. Y te gustará más o menos pero me reconocerás que al menos cuando alguien saca su iPhone y de pronto por debajo se desliza un teclado como éste hay que reconocer que concita el asombro de la concurrencia.
Mas información [Boxwave]
Hay personas que mueren sin que exista una agresión física o un derramamiento de sangre, sin que haya venenos de por medio. Son personas que han sido víctimas del efecto Baskerville: cuando el miedo es tan intenso que sencillamente te mueres.
El nombre del fenómeno procede, como habréis imaginado, del relato que escribió Arthur Conan Doyle, El sabueso de los Baskerville. En él, un personaje sufre un ataque al corazón y fallece tras la visión de un perro demoníaco.
El efecto Baskerville fue bautizado así por el doctor David Phillips, un sociólogo de la Universidad de California, en San Diego. El efecto lo descubrió tras examinar más de 47 millones de certificados de defunción, encontrando en ellos un patrón muy llamativo: el cuarto día de cada mes moría mucha más gente.
Sin embargo, este pico de mortalidad del día 4 del calendario sólo se producía entre los estadounidenses que tenían antepasados japoneses y chinos. ¿Por qué sólo entre ellos? Porque el número 4 tiene connotaciones funestas en esta cultura. En mandarín, en cantonés y en japonés, las palabras que se usan para decir "cuatro" y "muerte" son casi idénticas, lo cual exacerba la superstición.
Tras realizar un sondeo en Estados Unidos, Phillips descubrió un 13 % más de fallecimientos relacionados con enfermedades cardiacas entre los estadounidenses de origen asiático en el cuarto día de lo que esperaba. En California, donde estas poblaciones están concentradas, descubrió un 27 % más de fallecimientos (…) De hecho, en los hospitales y en los hoteles del Extremo Oriente se evita utilizar el número 4, de igual manera que no se emplea el número 13 en algunas partes del mundo occidental.
El término técnico para designar la muerte por miedo o por estrés es muerte psicofisiológica. El doctor Martin Samuels de la Facultad de Medicina de Harvard, guarda celosamente un gran número de noticias extraídas del periódico en las que se han producido muertes psicofisiológicas: una mujer de 49 años y un niño de 4 que murieron en una atracción de Disneyworld, un seguidor de los Pittsburg Steelers de 50 años que cayó fulminado de un ataque al corazón segundos después de que su jugador favorito perdiera el balón cuando trataba de anotar en el último segundo del último cuarto, la muerte de Kenneth Lay, director ejecutivo de Enron, cuando esperaba la sentencia por sus delitos…
Según Samuels, todos llevamos una pequeña bomba en nuestro interior. Bajo el suficiente estrés, todos podemos morir.
El mismo proceso físico que puede asustarnos hasta la muerte tiene un fascinante reverso. También resulta que podemos emocionarnos hasta morir. El doctor Samuels señaló un titular del Boston Herald del 12 de noviembre de 1994: "Jugador de golf muere después de un golpe perfecto". En el sexto hoyo del campo de golf de Sun Valley en Rehoboth, Massachussets, un hombre de 79 años llamado Emil Kijek hizo su primer hoyo en uno. En el siguiente hoyo, ese capataz jubilado se agarró al pecho, dijo "¡Oh, no!", y se desplomó. En algunos casos extremos, la emoción también puede llegar a matar.
Vía | El club de los supervivientes de Ben Sherwood
No os dejéis engañar por ese título tan prometedor.
Aquí no vais a encontrar la receta del éxito que os convertirá en estrellas del cine con fama mundia, taquillas multimillonarias, esposas guapísimas y millones de rendidas admiradoras a vuestros pies. Pero si lo que queréis es imitar a Tom Cruise en la parte de situaros en la parte más alta del edificio más alto del mundo… pues eso sí que podréis saber cómo hacerlo si seguís nuestras indicaciones.
Todo empieza por un viaje a Dubai y una visita al edificio Burj Khalifa…
El rodaje de la cuarta parte de "Misión: imposible" sigue trayéndonos espectaculares imágenes desde los Emiratos Árabes.
Hoy se han dejado durante toda una hora al pobre de Cruise encaramado a la parte más alta del edificio mientras distintas cámaras le rodaban desde más abajo en el propio edificio y desde un helicóptero que daba vueltas volando a su alrededor en lo que promete ser una de las secuencias más espectaculares de la película. Si recordamos el trailer y el inicio de la primera entrega, con Cruise colgando de un risco en Monument Valley, probablemente ahora veamos algo parecido pero un poco más alto y hecho por la mano del hombre y no por la fuerza de la Naturaleza y el paso del tiempo.
Pero a lo que íbamos. Si queréis llegar, como Tom Cruise, a lo más alto, una vez en el vestíbulo del Burj Khalifa debéis tomar el ascensor BS1 hasta la planta 138 (508 metros de altura). Ahí entráis en el ascensor BS3 y subís hasta la planta 160 (621 metros por encima del suelo). Luego pasáis al ascensor BS4 que os dejará en la sección 18B (653 metros entre las nubes) y de ahí ya por escaleras subís a la sección 21, que está a 691 metros sobre la calle.
Ahí terminan las "comodidades" porque ya estaréis en la sección final el edificio, la aguja, en cuyo interior hay una escala de 126 metros que conduce a la plataforma superior, sobre la que ya hay sólo cielo y nada más. Es una subida final más dura y exigente físicamente y que os dejará exactamente a 826,6 metros sobre el resto de los mortales.
No es de extrañar que tras esa subida Tom Cruise haya pasado toda una hora sentado ahí arriba contemplando el impresionante panorama… y cogiendo resuello. Podéis acercaros desde una vista general hasta casi un primer plano del actor gracias a GigaPan y las fotos de Gerald Donovan.
Mas información: [Gizmodo USA / Dubai Posterous]
