Todo lo que tenga que ver con el edificio Burj Khalifa puede recibir sin problemas el adjetivo de estratosférico.
Tal es su altura (870 metros) que uno se codea allí con las nubes. Y salvo cuando viajamos en avión (si a lo que nos ofrecen ahí se puede denominar "comida") es posible que no puedas sentarte a comer en ningún lugar más alto que el restaurante situado en el piso 122 de ese edificio de Dubai. Y aún hay más.
El restaurante At.mosphere casi está situado fuera de la misma.
Cuando se habla de lujo asiático es inevitable en los últimos años pensar en ese oásis de prodigios en que se está convirtiendo Dubai y sus alrededores, con proyectos faraónicos de edificios que quieren escapar de este planeta e islas artificiales que no parecen de este mundo, aunque lo recreen.
Más de 200 comensales podrán disfrutar de la comida desde esas vertiginosas alturas, con menús cuyos precios oscilan entre 80 y 120 dólares. Pero lo que sí es vertiginoso es el ascensor directo que te lleva desde la calle al restaurante… sube los 122 pisos en un minuto. Esperemos que baje más despacio o la cena no va a ir muy lejos.
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