Nos lo vendieron como una revolución en el transporte.
Y lo cierto es que se queda un poco por detrás de la teletransportación en cuanto a espectacularidad e impacto de antelación fantacientífica, pero si lo habéis probado alguna vez entendéis la rabia que da no tener la pasta suficiente como para darse el capricho y ser el orgulloso propietario de un Segway.
Pero como todo, la mejora está ahí agazapada para sorprender al ingeniero inventor y hacerle exclamar "¿cómo no se me ocurrió?". En este caso vamos a vera un intrépido piloto de pruebas que le ha colocado unas ruedas más grandes con lo que el vehículo alcanza una velocidad considerablemente mayor.
Hasta 40 km/h puede alcanzar este Segway tuneado, doblando los 20 km/h de velocidad máxima que normalmente desarrolla.
Y para ello bastaba con algo tan elemental como sustituir sus ruedas por unas mayores, de mayor diámetro y con una extraña pinta de ruedas de diligencia de "La casa de la pradera". Si Michael Landon levantase la cabeza…
Por esas cosas de la física, a igualdad de giro en el eje hay mayor recorrido en la parte exterior, por lo que transformamos un agradable paseo en Segway en una trepidante experiencia de velocidad extrema, controlando velocidad y dirección a base de hacer oscilar nuestro cuerpo empujando el eje que gobierna al invento.
Y claro, como consecuencia directa, más vale que nos vayamos poniendo un casco, incluso sería aconsejable completar la equipación con un completo arsenal de protecciones como las de los moteros: chaqueta con refuerzos, guantes… un seguro a todo riesgo.
Más información. [Random Good Stuff]
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