Debemos rendirnos a la evidencia.
Al ser humano le gusta construir, pero le gusta mucho más destruir. Es así, es un hecho. Está en nuestra naturaleza quedarnos embobados con los vídeos de destrucciones controladas de grandes edificaciones. Y casi nos gusta más cuando dichas destrucciones son más bien descontroladas, como vimos aquí hace unos días con la célebre chimenea de Springfield (Ohio) y su derribo algo homersimpsonesco.
Así pues, nada más divertido para pasar la tarde con los amigos que Destruct3, un juego que echa por tierra esos típicos juegos infantiles de construcción a base de elementos de madera de colorines. Literalmente. Nada como un buen péndulo de destrucción y una catapulta para echar abajo lo que ha construido un amigo.
Una explosiva mezcla de interés por la arquitectura, pasión por los derribos, algo de estrategia, un poco de suspense y algo de leyes de la naturaleza, en cuanto a cuerpos en caída libre se refiere, hacen de Destruct3 un divertimento irresistible para esas tardes del invierno que tenemos ya casi encima.
Siéntate en la esa camilla con el brasero dando calor a tus piernas y unos amigos con los que competir en dura pugna por ver quién termina erigiéndose como el derribador mayor del reino. Un sencillo juego en el que por turnos cada jugador va tratando de elevar su estructura mientras los oponentes tratan de que no alcance mayor altura que la de un montoncico de escombros.
Conceptos como causa y efecto, planeamiento, estrategia parecen dirigidos únicamente a los más pequeños de la casa, pero es posible que haya que establecer turnos de uso con los más mayores. Y es que en el fondo todo llevamos dentro un especialista en derribos.
Más información. [Uncommon Goods]
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