Los amigos de lo ajeno que no temen infringir los preceptos penales que castigan el robo con intimidación pueden encontrar un nuevo sentido en la expresión "voy a coger la tarjeta de crédito para ir a sacar dinero".
Y es que CardSharp ofrece una afilada hoja en el espacio y la forma que ocupa una tarjeta de crédito. Pero claro, ese fin no es para el que la queremos el común de lso mortales a los que todavía no nos ha dado por las actividades delicuescentes, pero en cambio sí que encontramos utilidad a poder llevar en el bolsillo una pequeña navaja que nos ayude a hacernos un bocata a media mañana cortando nosotros mismos el chorizo y la hogaza de pan, o ya más tecnológicamente, a cortar una brida de las que sujetan cables o simplemente abrir el envoltorio de un CD. Porque aún queda gente honrada que compra los discos… dicen.
Como si se tratase de un ejercicio de papiroflexia, SharoCard se desdobla y se dobla sobre sí misma para transformar lo que aparenta ser una tarjeta de crédito en un pequeño cuchillo. Nunca algo que llevases en tu cartera te habría permitido cortar unas lonchicas de jamón con tanta sofisticación. Una metamorfósis elegante de tres piezas de acero inoxidable.
Unos escasos 2 mm de grosor y 13 ligerísimos gramos de peso te permitirán a partir de enero (cuando sale oficialmente a la venta) tener en tu bolsillo este prodigio del diseño y la utilidad por menos de 20 €. La única tarjeta de crédito que no se queda sin saldo si decides pasarte al otro lado de la Ley.
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