¿Puede un niño querer más a un muñeco en su infancia porque exista una respuesta emocional? A cualquier niño que veas jugar con un muñeco o una muñeca verás como las tratan como si fueran pequeñas personas, les preguntan cosas, interactúan con ellos, pese a que sean objetos estáticos que no pueden expresar sentimientos, la gran imaginación de un niño hace el resto. Por eso cuando veo estos prototipos de peluches animados robóticos, no puedo dejar de pensar en aquel adorable peluche de la película A.I. ¿que niño no querría tener un muñeco que habla y se mueve contigo?
Pero aun estamos muy lejos de llegar a ese tipo de robótica, eso si, en “el futuro” (léase Japón) ya están empezando a mostrar prototipos que puede ser el inicio de una nueva generación de juguetes, por lo menos es lo que Fujitsu ha mostrado en el CEATEC, sus prototipos de “social robots”, y son bastante inquietantes.
Mira el vídeo y dime si a ti no te da un escalofrío al ver como se mueven, el simple echo de que parecen unos tiernos osos de peluche pero que en su interior son máquinas frias. Sí, es un poco el síndrome de Matrix, no confio en la robótica con la que me pueda encariñar.
Estos peluches robóticos tienen sensores que se activan en cuanto les tocas, también tiene cámaras en los ojos que le sirve para identificar a las personas que se ponen delante de él y que con un software podría identificar quién es cada persona, así se le podría programar para que su dueño, el niño en cuestión, tenga una reacción diferente que con la de otra persona.
Que tenga reconocimiento de rostros podría ser un verdadero filón de seguridad para los padres, imagina, se le puede entrenar para que cuando una persona extraña entra en su campo de visión, avise a los padres por email o SMS para que se sepa que hay alguien no conocido entorno al niño. O incluso se le podría insertar un GPS para que siempre esté localizado como sistema de seguridad.
Vía: CrunchGear
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