29 septiembre 2010

Radar de bolsillo: Papá, no corras





Tanto como significa para la seguridad en la nevegación aérea y tanto miedo como da en el transporte por carretera.


Después de "pinchazo" o "depósito vacío" la palabra "radar" es lo que menos desea escuchar un conductor. Y aún menos desea encontrarse con alguien que le detiene y le recuerda que acaba de pasar por delante de uno y que haga el favor de mostrarme su documentación y la del vehículo. Todo eso acompañado de la clásica pregunta "¿sabe a qué velocidad circulaba?".


Algo que ahora todos podremos saber simplemente apuntando a cualquier objeto que se mueva gracias a nuestro radar de bolsillo. Ya lo de pararles y ponerles multas no sé si va a colar, pero por intentarlo… ¿Deseas saber más?


Tan pequeño como un móvil, solo que sin teclado y con una pantallaca en la que solo aparecerán tres números, que se corresponden con la velocidad en millas por hora del objeto hacia el que apuntemos.




El Radar de Bolsillo utiliza los beneficios del efecto doppler para lanzar una señal que rebota en el objeto en movimiento y calculando el retardo en el regreso de la señal sabemos a qué velocidad se mueve. En USA les encanta utilizar estos ingenios para calcular la velocidad con la que lanzan la bola los jugadores de beisbol. El funcionamiento es tan sencillo como apuntar hacia el objeto cuya velocidad queremos saber y apretar el botón rojo.


Si además lo haces con gesto adusto y te dejas bigote puedes empezar a dar miedito a los conductores a los que les pesa el pie. 

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