17 marzo 2011

¡Ya a la venta!


Como si se tratara del nuevo disco de nuestro cantante favorito, el Discovery ya está a la venta y eso que no ha hecho nada más que jubilarse. El precio que la NASA va a cobrar al museo que se quede con el transbordador espacial Discovery ronda los 20,7 millones de euros.


En verdad, la cantidad que pide la agencia espacial estadounidense es cero dólares. Los 20,7 millones de euros son el coste de las operaciones de limpieza de los componentes tóxicos (particularmente, restos de combustible) de la nave, que durarán 9 meses. A partir de ese momento, el transbordador, que pesa alrededor de 78 toneladas, quedará a disposición de quien lo quiera.


Y por ese motivo, que lo quieren muchos, se ha creado una gran controversia. Porque, por ahora, al menos cinco museos lo quieren, según The New York Times.

Entre ellos están el Museo de la NASA en Houston (Texas), que ha lanzado una página web reclamando "que el transbordador vuelva a casa", aunque la NASA apuesta por el Centro Espacial Kennedy, junto a la rampa de lanzamiento desde la que el Discovery realizó sus 39 misiones.

El museo de la Aviación en Seattle lucha por obtenerlo y reclama sus derechos al haberse construido parcialmente en las fábricas de Boeing de la misma ciudad. Mientras que el museo del Aire y el Espacio de Nueva York ha lanzado una campaña de recogida de firmas online para que esa nave (o alguna de sus dos gemelas, el Atlantis y el Endeavour) acaben en la ciudad de los rascacielos.

Otros, como el Museo de la Fuerza Aérea de Dayton (Ohio), ha ido todavía más lejos y ha empezado a construir la instalación en la que el Discovery estará expuesto, a pesar de que no hay ninguna certeza de que acabe allí. Éste ya ha recibido 10 millones de euros del Gobierno de Obama para recibir al transbordador.

Aún asi, como premio de consolación para los que no se lleven al "Discovery", podrán optar a los otros dos transbordadores: el Endeavour, que realizará su último viaje (el número 25) el mes que viene, y el Atlantis, que saldrá al Espacio en julio. Y con estos dos últimos vuelos se cerrará un capítulo más en la historia de la aviación (y del ser humano)

Vía | The New York Times

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