Llega un momento en el que un material supera el valor intrínseco de sus propiedades y se convierte en un objeto de culto, algo que representa un estilo de vida y una forma de ver el mundo. Si hasta ahora el cuero era el material fetiche por antonomasia, parece que las cosas están cambiando, hay un nuevo contendiente para liderar el lujo absurdo y decadente que haría las delicias del robot hedonista de Futurama, os hablamos de la fibra de carbono.
Hoy en día podemos encontrar de todo fabricado en fibra de carbono, desde los más típicos como bicicletas y coches, hasta los más osados como asientos de retrete pasando por palillos chinos y hasta ropa. ¿Pero qué esta generando esta locura por crear cualquier tipo de objeto en este material?
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