17 febrero 2011

Un pequeño grupo de ecuatorianos, inmunes al cáncer


De pequeña estatura, descendientes de linajes mezclados con antiguos conquistadores portugueses y españoles, durante generaciones apartados de la llamada civilización, convertidos al cristianismo y perseguidos por la Inquisición, alguna compensación debían tener los habitantes de ciertas zonas ecuatorianas.


Resulta que son inmunes al cáncer.


Afectados por el síndrome Laron, responsable de un enanismo que les hace tener de media en torno a un metro de estatura, pero al mismo tiempo eso impide que se desarrolle la hormona del crecimiento que al parecer tendría un papel determinante en el desarrollo del cáncer, además de impedir también el desarrollo de la diabetes. Y aún hay más.


Un grupo concreto de habitantes de ciertas zonas rurales del interior de Ecuador podrían guardar en sus genes el secreto de la inmunidad la cáncer.


Todos presentan un tipo de enanismo, el de Laron, que al afectar a la hormona del crecimiento impediría también que se desarrolle el cáncer y la diabetes. Se ha estudiado durante 24 años a un grupo de 99 individuos en los que no había incidencia de cáncer en relación con lo habitual entre el resto de sus familiares que no presentaban el síndrome de Laron. Se llevaron a cabo investigaciones en laboratorio sobre muestras de tejido celular de estas personas y se comprobó que cuando sus células sufrían algún tipo de daño se autodestruían, lo que en la práctica supone que un cáncer no podría proliferar al no darse un crecimiento celular anormal, que suele ir asociado al desarrollo del cáncer.


Las investigaciones realizadas conducirían a que pequeñas dosis de hormona del crecimiento podrían impedir el desarrollo del cáncer, de hecho en la Universidad de Ohio se han efectuado investigaciones en las que ratones a los que se habría suministrado pequeñas dosis de esta hormona habrían aumentado su período vital hasta un 40% en comparación con sus congéneres. Quizá el precio que haya que pagar por vivir más y mejor sea quedarnos chiquiticos.


Más información [The New York Times]

No hay comentarios:

Publicar un comentario