29 diciembre 2010

La primera imagen de los rayos X de un relámpago



Como nunca se habían puesto malitos y no habían tenido que pasar por el hospital, todavía no teníamos una placa de rayos x de un rayo. Porque resulta que es eso, rayos x, lo que hay en el extremo de un relámpago.


Y es que ahora tenemos la primera fotografía de los rayos X de un relámpago gracias a una cámara especial de unos 700 kilos de peso (ideal para hacer las fotos de las vacaciones) que ha capturado lso relámpagos producidos artificialmente mediante un peculiar sistema de cables y cohetes. Todo forma parte de una investigación de National Geographic, que estos chicos, cuando se ponen… ¡se ponen!
El relámpago artificial que veis en esta fotografía viaja a un sexto de la velocidad de la luz.
Estamos hablando de 180 millones de kilómetros por hora. Y a esa "ralentizada" velocidad la cámara ha sido capaz de captar ese fulgor amarillo del extremo del relámpago, una brillante bola de rayos x, que no son sino el producto de la desaceleración rápida de electrones de muy alta carga energética al chocar con un blanco metálico, el pararrayos.


Todo se debe a la velocidad con la que viaja un rayo, podría ir de la Tierra a la Luna en menos de 10 segundos. Y para captarlo ha sido necesario una cámara tan especial, al margen de un mecanismo tan complejo que permitiera sincronizar la cámara con la producción del relámpago. El resultado ha sido un detector de rayos x embutido en una cámara del tamaño de un frigorífico revestido con plomo (para aislar los rayos x), cámara que además era capaz de captar 10 millones de imágenes por segundo. Y además a 30 megapíxels. Y aún así el rayo salía movido.


Hemos dejado lo mejor para el final. ¿Cómo se produce un rayo? Fácil, lanzas un cohete contra la nube de una tormenta. El cohete va unido a tierra por un cable y cuando el cohete se interna en medio de la tormenta la diferencia de carga eléctrica encuentra su vía de escape hacia la superficie terrestre por el cable… y ya puedes exclamar ¡rayos y relámpagos! 


Más información  [National Geographic]

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