03 diciembre 2010

¿Está la cirugía estética a su gusto, señora?



Aunque la mona se vista de seda… sí, todo lo que quieras, pero mira que nos gusta estar guapos.


Desde comer sano a lavarnos con agua y jabón, luego desodorantes y perfumes, pasar por la peluquería, ponernos ropa que nos favorezca, hacer ejercicio para perder esos michelines, teñir nuestros cabellos, poner donde no hay y quitar de donde sobran… o modificar nuestro cuerpo. Con millones de detractores y otros millones más de usuarios (e incluso adeptos y obsesionados, como en todos los aspectos de la vida) la cirugía estética y plástica avanza pareja a los adelantos de la ciencia y porqué no, a los gustos de la moda.


Hace siglos el canon de belleza pasaba por las curvas y orondeces mórbidas, más recientemente el aspecto a medio camino entre la anorexia y la drogadicción aupaba a la cima del éxito a algunas modelos, pero la cuestión es que millones de personas buscan cada día retocar en quirófano pequeñas (o grandes) imperfecciones, arreglar estragos de alguna lesión o enfermedad o simplemente gustarse más cuando se miran al espejo. Hasta ahora todo tenía un cierto componente de fe en la habilidad del cirujano y esperanza en  que el resultado final de la intervención coincidiese con los deseos que se habían fraguado en la mente del paciente, pero ya puedes comprobar cómo te verás tras pasar por el quirófano gracias a una clínica estética de Beverly Hills (dónde si no) que permite comprobar de antemano en una simulación tridimensional el aspecto que tendrá tu cuerpo tras la operación.


Mediante un sofisticado sistema de seis cámaras el futuro guapo se somete a un escaneo corporal que genera un modelo en 3D de su cuerpo que luego el paciente puede observar desde cualquier ángulo para comprobar el resultado final de la modificación plástica o estética. De forma conjunta con el cirujano se examina la apariencia deseada hasta que no caben dudas de lo que se espera conseguir y entonces es el momento de que el galeno sea capaz con su talento de ajustarse a lo que la simulación tridimensional mostraba.


Este procedimiento es de gran ayuda para que paciente y doctor pueden ver claramente lo que uno espera y lo que el otro es capaz de ofrecer, evitando todo tipo de malos entendidos y acabando con al generación de falsas esperanzas, permitiendo una mayor facilidad en la toma de decisiones con respecto a la intervención, su alcance y resultados y la confianza por parte del paciente en el procedimiento. 


Más información [Dr. Simoni]

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