Por eso hay quien se pone dos alarmas. La de "me empiezo a despertar" (que en realidad es para seguir durmiendo) y la de "me levanto" (que en realidad es el de empezar a despertarse).
Hay quien, consciente de que no funciona, va un paso más allá y opta por despertarse a la primera completamente. Para ello puedes comprar un despertador que nunca se calle hasta que lo apagues y situarlo en el otro extremo de tu habitación, aunque tras apagarlo todavía hay quien, tambaleándose cual zombi, se vuelve a meter en la cama (5 minutos, ¡claro!)
Y por último, está quien ha pasado por todo ello, es un veterano del no poder espabilar y opta por los despertadores salvajes, como los que reproducen gritos, necesitan que completes un puzzle para que se callen o, como el caso que nos ocupa, te catapultan bolas en toda la cara. Puedes mirarlo tras nuestro salto.
Dicen que un buen susto es lo mejor para espabilarse, y teniendo en cuenta el subidón de adrenalina que nos puede dar (¿quién sabe lo que estás soñando en el momento que algo te pega en la cara?), probablemente te animes bastante rápido. O te saque un ojo.
Su diseño, aparte del tema de la bolita, es bastante chulo, y puede reproducir MP3 y la radio. Su nombre es Aphelion y por desgracia parece ser sólo un concepto. ¡Así cualquiera dice que reproduce mp3! Y si tenéis algún truco mejor, ¡compartidlo! Estoy seguro de que el levantarse es un problema de índole nacional. O mundial.
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