Lo primero que hay que decir del histograma es que no es un concepto fotográfico, sino estadístico. Así, se trata de una herramienta para representar la frecuencia con que aparecen valores dentro de una serie, de manera que cada línea o barra vertical indica la frecuencia con la que una variable determinada toma un valor concreto.
En nuestro caso, en horizontal tenemos los valores de luminosidad, y en vertical el porcentaje de pixels de la imagen que poseen ese valor. Para una imagen de "n" bits de color, los posibles valores en horizontal serán 2n. Así, un JPG (8 bits) tendrá 256 valores, un RAW (12, habitualmente) tendrá 4096, y en un editor gráfico habitualmente trabajaremos con 65536 (216) datos de luminosidad posibles.
En algunos casos esta información se muestra dividida en pasos de exposición (EV), lo cual es muy práctico si queremos exprimir al máximo la información que puede capturar nuestro sensor. Este tipo de usos más avanzados los veremos en artículos posteriores.
Cuando empezamos con fotografía, de todas formas, nos daremos cuenta de que somos capaces de interpretar los histogramas sin plantearnos nada de esto, y es que la universalidad de su uso (lo encontramos en cualquier cámara de gama media o alta, y en cualquier editor gráfico), y las posibilidades de ensayo y error que nos da el formato digital, harán que inevitablemente vayamos comprendiendo su funcionamiento "a ojo".
Histograma en color (Lightroom) y unificado (Photoshop) de una misma imagen
Qué información nos ofrece el histograma
Ya que sabemos qué es, es hora de plantearnos cómo sacarle partido. Lo primero es más intuitivo es que la distribución del peso del histograma a la izquierda o la derecha nos dirá si en la imagen predominan los tonos oscuros o los claros. Si repasamos alguna toma subexpuesta o sobreexpuesta podremos apreciar claramente este punto.Imagen oscura vs. imagen clara
Imagen de bajo contraste vs. imagen de alto contraste
Por otro, nos encontramos con este tipo de histogramas "en peine" en fotografías excesivamente procesadas, o que han sido tratadas digitalmente partiendo de un original de baja calidad. Si, por ejemplo, tomamos una imagen de 8 bits (256 valores posibles) y la convertimos a 16 bits (65536 valores), sólo estaremos aprovechando una pequeñísima parte de la información de luminosidad posible, dejando enormes huecos en la gráfica entre una barra y la siguiente.
Imagen original, y pasada a 4 bits y de vuelta a 16
Por eso, he omitido la famosa frase de que "un buen histograma debe cubrir todos los valores, del más oscuro al más claro", porque hay muchos tipos de imágenes donde será un error tratar de conseguir este tipo de gráfica. Al fin y al cabo, las cámaras y los editores de imágenes tratan de conseguir esa distribución "perfecta" con sus valores automáticos, y los fotógrafos nos pasamos el día contradiciéndolos y tratando de tomar el control.
En la siguiente parte de esta serie usaremos imágenes de las que habéis subido a nuestro grupo de Flickr para analizar sus histogramas, y descubrir sobre el terreno qué podemos aprender de él.
Foto | Antonio Guerrero, de nuestro grupo de Flickr
No hay comentarios:
Publicar un comentario