A principios de este mes les contábamos que había sido retenida cierta cantidad de PS3 por presunta infracción de patentes de LG. La sur-coreana fabricante de equipos electrónicos, alegaba que Sony infringía patentes sobre la tecnología Blu-ray usada en la PlayStation 3, por tal motivo demandaba. Y, tras esperar decisiones de tribunales, logró la paralización de la importación PS3.
Pocos días transcurrieron para que LG lograra paralizar la importación de la ultima consola de Sony, la cantidad era considerable, tanto así que amenazaba con paralizar las ventas de PS3 en Europa. Sin embargo, sabemos que los abogados de Sony son unos zorros viejos y lograron el fallo para que fuesen liberadas las 300.000 unidades de PS3.
La resolución fue dictaminada por el tribunal de La Haya y, de acuerdo a la resolución, los próximos cargamentos y los actuales no serán retenidos. Como consecuencia de esto, LG deberá pagar a Sony 130.000 euros en concepto de gastos legales y, de retrasarse algún día, deberá abonar otros 200.000 euros más.
Que esta batalla la haya ganado —parcialmente— Sony, no quiere decir que la guerra haya terminado. Según la autoridad mayor, no hay motivos para detener la distribución e importación de la consola aunque haya una demanda de por medio por infringir las patentes.
De LG haber logrado detener mayor tiempo los cargamentos de Sony, estos se la verían oscuras, puesto que una cantidad como la que se habla es considerable en perdidas. Aunque no afectaba las consola que ya estaban a la venta sí amenazaba con paralizar por completo las ventas en Europa.
Pocos días transcurrieron para que LG lograra paralizar la importación de la ultima consola de Sony, la cantidad era considerable, tanto así que amenazaba con paralizar las ventas de PS3 en Europa. Sin embargo, sabemos que los abogados de Sony son unos zorros viejos y lograron el fallo para que fuesen liberadas las 300.000 unidades de PS3.
La resolución fue dictaminada por el tribunal de La Haya y, de acuerdo a la resolución, los próximos cargamentos y los actuales no serán retenidos. Como consecuencia de esto, LG deberá pagar a Sony 130.000 euros en concepto de gastos legales y, de retrasarse algún día, deberá abonar otros 200.000 euros más.
Que esta batalla la haya ganado —parcialmente— Sony, no quiere decir que la guerra haya terminado. Según la autoridad mayor, no hay motivos para detener la distribución e importación de la consola aunque haya una demanda de por medio por infringir las patentes.
De LG haber logrado detener mayor tiempo los cargamentos de Sony, estos se la verían oscuras, puesto que una cantidad como la que se habla es considerable en perdidas. Aunque no afectaba las consola que ya estaban a la venta sí amenazaba con paralizar por completo las ventas en Europa.
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